RESUMEN: El presente trabajo de investigación intenta pensar las resonancias que hacen que música y psicoanálisis se toquen, compartiendo el campo sonoro; busca escuchar aquello que allí suena, y que, por supuesto excede al sonido mismo, en tanto puede ser paralizante o concitador, petrificante, atronador o alentador. Aborda también el sueño y su carácter enigmático que une poesía y psicoanálisis. Estos planteamientos que enlazan psicoanálisis, filosofía, poesía, hacen preguntas como: ¿De qué manera ha sido tratada la música por parte de Freud y por parte de Lacan? ¿Cuál interés pueden suscitar para el psicoanálisis las dimensiones sonoras en sus diferentes tratamientos? ¿Cuáles relaciones se establecen entre la transferencia y la escucha? Teje, a la vez, una propuesta que transporta a la música el nudo borromeo lacaniano para mostrar la interdependencia entre lo real, lo simbólico y lo imaginario. Nudo de la letra, la música y la voz. Revisa las elaboraciones lacanianas de los conceptos de voz y pulsión invocante, y por qué hablar de la música al margen. Aborda la búsqueda de cierta relación entre música y lenguaje, interrogando ¿Es la música un lenguaje? Y, si “el inconsciente está estructurado como un lenguaje”, ¿subyace entonces una estructura musical en el discurso del inconsciente? ¿Hasta dónde es posible pensar la música como un lenguaje? ¿Es la música un lenguaje meramente espiritual? ¿Es la música un lenguaje ofrecido como conjunto de textos interpretables? ¿Qué modo de pensamiento impulsa y desarrolla el lenguaje de la música? Este trabajo de investigación, intenta responder de qué Otro se trata en Lacan cuando dice de la música y qué se puede entender cuando Lacan afirma que el inconsciente debe ser leído como una partitura. Tales preguntas permiten bordear el camino a otra “¿sonata, cantata materna?” Receptividad a la otredad de lalengua.