Comprender a través de un enfoque humanista existencial, apoyándose en una perspectiva fenomenológica hermenéutica, la angustia manifestada por María, una joven de 17 años de edad, cuyo motivo de consulta es: “Presento frecuentes ataques de ira, dolor crónico en la zona lumbar, mis articulaciones, he sido medicada con analgésicos, relajantes musculares, pero decidí no tomarlos más, porque “¿para qué quiero eso, mejor me aguanto el dolor?”. Por lo tanto, se hace necesario plantearse los interrogantes que permitirán una plena comprensión del caso: 1. ¿Cómo vivencia la experiencia de convivir con padres separados que viven bajo el mismo techo? 2. ¿Cómo enfrenta la experiencia de ansiedad ante el abandono de sus padres? 3. ¿Qué ganancias afectivas encuentra al enfrentar su experiencia de ansiedad de la manera en que lo hace? La joven se descuida y se auto agrede no solo porque no le da tiempo por sus obligaciones sino porque no se siente merecedora de amor y cuidados; lo únicos momentos en que sus padres le muestran amor es cuando no come o se enferma, es lo que hace para llamar su atención. A partir del proceso de atención psicológica, se encuentra que la consultante experimenta de manera conflictiva la relación con sus padres, quienes se separan, por lo que recurre a estrategias como: la pérdida del control de sus emociones ante el temor al desamparo de estos (No-ser), presentando malestar físico significativo, vacío existencial, ansiedad ante lo que ella considera como la posible pérdida de su núcleo familiar que desencadenan en la enfermedad física, que la lleva a consulta por medicina general y posteriormente a medicina interna. Para María la percepción de perdida de seguridad, el amor y la atención de sus padres, sumada a las estrategias movilizadas (malestar físico), que garanticen su cercanía y aprobación, se han convertido en fuente de angustia debido a que al haber crecido se enfrenta a los desafíos propios de su edad en cuanto a su desarrollo mental, emocional y profesional, evitando comprometerse con situaciones que le permitan crecer y que son percibidos por ella como experiencias angustiosas que la alejen de su zona de confort, que en este caso viene siendo estar al cuidado de sus padres, especialmente de la madre cuando se enferma. A partir de las sesiones psicoterapéuticas se logra evidenciar u observar que evita asumir las responsabilidades propias de su edad mediante la pérdida de control de sus emociones y la manifestación de sintomatología física (Opresión vital) como mecanismos para ganancias secundarias lo que refuerza su experiencia de ansiedad y la percepción de aniquilación del ser en relación a los vínculos de mayor significado.