Las ausencias en la formación “integral” nos han puesto en el escenario de las negaciones absolutas de la diversidad humana y, en general, del irrespeto por los seres vivos que afecta nuestros ecosistemas, al punto de poner en peligro total la existencia del planeta que habitamos. Los reclamos insistentes, a todos los niveles y en múltiples escenarios, no paran y no se hacen esperar; parece que estas demostraciones negativas no son otra cosa que pulsiones de muerte y expresiones autodestructivas de las especies a todo nivel. La existencia humana, la vida y los seres vivos están plenamente en riesgo y la solución inmediata no se ve venir en el futuro inmediato. Solo existe una esperanza y esta no es otra que la educación en la vida y de la vida plena. Es enfrentar y superar el pensamiento devastador y las lógicas positivistas naturalistas...