El desplazamiento forzado en Antioquia entre 2011 y 2014 afectó gravemente la seguridad alimentaria de las comunidades rurales, al perder el acceso a tierras y cultivos para autoconsumo. Este fenómeno, impulsado por el conflicto armado, incrementó la inseguridad alimentaria y forzó a las familias a depender del mercado para obtener alimentos, lo que alteró la cohesión social y las economías locales. El estudio destaca la relación entre despojo de tierras, violencia estructural y la crisis alimentaria, subrayando la necesidad de políticas públicas efectivas. El objetivo principal fue evaluar cómo los hechos victimizantes como el despojo, la apropiación y abandono de tierras impactaron los indicadores de seguridad alimentaria en Antioquia durante este período. A través de un análisis de las dinámicas del desplazamiento forzado, se examinaron las transformaciones agrícolas y económicas que afectaron a las comunidades rurales. Metodológicamente, se adoptó un enfoque mixto, combinando análisis cualitativo y cuantitativo, empleando la teoría fundamentada y datos de fuentes como el Centro Nacional de Memoria Histórica. El análisis reveló patrones y correlaciones clave entre el desplazamiento y la inseguridad alimentaria. El estudio concluye que el desplazamiento forzado deterioró la autosuficiencia alimentaria y el tejido social, destacando la urgencia de abordar estas problemáticas mediante políticas integrales que promuevan la paz y la soberanía alimentaria.