La lectura representa una experiencia de las dimensiones humanas, en ella podemos acercarnos al mundo del pasado (la tradición, nuestra propia historia personal), al mundo del presente (como fuente de reconocimiento del entorno) y vislumbrar nuestro futuro (proyecciones y fantasías); todo esto, nos sumerge en la realidad de nosotros mismos, en nuestra identidad, la cual parece más una forma del lenguaje que de los hechos en sí mismos. Acercarnos, pues, a la lectura, es tomar una posición frente a la propia historia; si bien, algunos estudiosos la aprecian desde perspectivas simbólicas, sociológicas y, aún, económicas, en este trabajo procuraremos acercarnos antropológicamente a ella como una posibilidad de construcción de nosotros mismos.