El uso de biogás para generar energía y calor plasma una fuente de energía renovable que, además de facilitar una gestión sostenible de residuos orgánicos, contribuye a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero en comparación con los vertederos convencionales. Para que funcione este proyecto es necesario la recolección de materia orgánica, como estiércol de animales, restos de alimentos, residuos agrícolas, los residuos son almacenados en un digestor anaeróbico es decir que el tanque debe estar cerrado y hermético sin presencia de oxígeno. La descomposición de la materia orgánica por medio de las bacterias produce un biogás, el cual contiene principalmente metano y dióxido de carbono, junto a otros gases en cantidades menores. Este biogás que se empieza a generar se debe almacenar en un sistema de recolección y en el proceso se deben eliminar los gases que no son necesarios por medio de filtros y sistemas de absorción. Cuando ya se tiene el biogás se quema como un motor de combustión interna para producir electricidad y calor, lo que sobra del material orgánico puede ser usado como fertilizante ya que se siguen manteniendo los nutrientes esenciales. Este proyecto de biogás requiere de monitoreo constante para asegurarse de que el proceso de digestión trabaje de forma óptima y para que se mantenga la producción de biogás, también se requiere de un mantenimiento constante de los equipos y sistemas involucrados. El tiempo de producción desde que se tiene la materia orgánica hasta que empieza a generar energía variará dependiendo la cantidad, pero se puede estimar que está entre 2 semanas a 1 mes.