A lo largo de la historia ha existido una relación de dependencia entre el ser humano y su contexto. Como parte de este proceso de transformación e intervención del medio ambiente y los ecosistemas, las comunidades han cohabitado con los animales en análogos a los objetos que podían transportarse de un lugar a otro, con la particularidad de que ellos podían movilizarse por cuenta propia. Por la razón anterior fueron denominados semovientes. En Colombia, gracias al proceso de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, los animales fueron concebidos de una manera diferente a la tradicional, llegando a ser considerados como seres de protección especial por parte del Estado y la sociedad. No obstante, la explotación y el maltrato animal continúan siendo prácticas comunes en varias regiones del país, lo que ha generado un aumento en el interés por comprender la protección constitucional y legal que recae sobre los animales, en tanto la aceptación de la noción de seres sintientes. Teniendo en cuenta lo mencionado hasta el momento, conviene señalar que la presente investigación se propuso analizar cuáles son los mecanismos jurídicos de protección previstos en el ordenamiento jurídico colombiano de los derechos de los seres sintientes. Lo anterior surgió a partir de la creciente importancia que ha cobrado la humanización del derecho y, por ende, la adopción de una nueva mirada con relación a los animales. Por esta razón, se llevó a cabo una investigación de carácter documental, desde el enfoque jurídico, que permitió estudiar los mecanismos con los cuales cuenta Colombia para proteger a los animales del maltrato, así como de ser traficados en un mercado ilegal.