La concepción del bienestar animal ha experimentado una evolución notable a lo largo de la historia, influenciada por diversas corrientes éticas. Desde los postulados de filósofos como Pitágoras y San Francisco de Asís, que abogaron por el respeto y la protección de los animales, hasta la actualidad, se han establecido marcos conceptuales para garantizar sus derechos. Este avance ha llevado a un reconocimiento creciente de la importancia del bienestar animal en la sociedad moderna. El bienestar animal se evalúa a través de cinco dominios interrelacionados: nutrición, medioambiente, salud, comportamiento y estado mental. Estos elementos son cruciales para determinar la calidad de vida de los animales y su capacidad para experimentar bienestar. En este contexto, el estrés se presenta como un factor determinante que puede afectar negativamente la salud y el comportamiento de las mascotas, especialmente durante las visitas a la clínica veterinaria. Este artículo se centra en identificar el impacto del estrés en perros y gatos y en describir pautas y técnicas de manejo que contribuyan a proporcionarles confort y bienestar en entornos clínicos. Para mitigar el estrés en las mascotas, se sugiere la capacitación continua de los veterinarios en manejo amigable y técnicas de reducción del estrés, el diseño de espacios tranquilos en las clínicas, minimizar ruidos y estímulos estresantes ya que esto es esencial para crear un entorno más agradable para las mascotas. Estas estrategias no solo benefician a los animales, sino que también mejoran la experiencia de los propietarios durante la atención veterinaria. Por último, es fundamental que los profesionales desarrollen habilidades de observación para detectar signos de estrés y colaboren con otros expertos en comportamiento animal. Un enfoque integral que contemple la salud física y mental de las mascotas es esencial para garantizar su bienestar, lo que a su vez fomenta una relación más armoniosa entre humanos y animales.