En este escrito se presenta una problematización sobre la noción de consumo relacionada con la corporalidad. Porque a partir de dicha inquietud, podemos preguntarnos sobre la relación entre cultura y poder: cómo se politiza la cultura corporal mediante el consumo y cómo en el consumo se entretejen las coyunturas económicas y sociales con las cuales se produce una politización del cuerpo. En otro aspecto, estudiamos la corporeización del sentido de la vida a través del consumo, en la cual el cuerpo se tiene como posibilidad de cambio siendo instrumento, recurso, mecanismo y, principalmente, objeto personal y relacional del moldeamiento del yo. Finalmente, todo esto constituye una crítica a la noción de valor de cambio en la subjetividad contemporánea.