La reflexión y comprensión del horizonte ético de nuestro quehacer es muy importante a la hora de generar ambientes educativos integrales. Por esto es tan importante que las actividades propuestas se desarrollen con mucha conciencia, porque si bien muchas están dirigidas a facilitar la adquisición de los aprendizajes teóricos su mayor riqueza reside en revisitar las prácticas cotidianas de aula.