Las drogas sexualizadas son aquellas que son usadas antes o durante las relaciones sexuales con el fin de alargar la duración de los encuentros, elevar las sensaciones y el placer, mejorar el desempeño sexual y facilitar la desinhibición, entre otros aspectos. Sin embargo, su uso está asociado a prácticas de riesgo como la no utilización del condón en las relaciones penetrativas y mayor número de parejas sexuales.