Este proyecto partió del interés de explorar los aromas de las prepa- raciones típicas colombianas: ¿Qué hace que el ajiaco, el cocido o la lulada sean tan memorables, recuerdos, indelebles y evocadores de épocas pasadas, de nuestro hogar y nuestras vivencias más persona- les? Esta duda casi metafísica planteaba una cuestión de fondo en el contexto gastronómico, aunque bien exploradas están las interaccio- nes fisiológicas del ser humano con el alimento y sus aromas, sus refle- jos y respuestas, esa fascinación con el perfume, el aroma y la atracción primal que existe en ellos resulta misteriosa y digna de ser estudiada. En el perfume está, entonces, la respuesta a la pregunta de la perdu- rabilidad de los aromas de hogar de leña y de tizón, de cocina franca de manos amables y curtidas que tanto nos concierne. Al indagar con mayor profundidad, se encuentra que la factibilidad de generar una preparación que se considerase un perfume, a partir de las manifes- taciones culinarias y gastronómicas típicas colombianas, requería una exploración tecnológica en el mundo del perfume. El aroma efímero, inmortalizado. Notas de cabeza, cola y cuerpo, fijadores, extracción, soxhlet y rotava- por se volvieron compañeros y amigos de Julieth, acompañada por el ojo vigilante del profesor Hernández, y los apuntes metodológicos del profesor Marín. De aquí nacieron los primeros elementos para desglo- sar la estrategia metodológica para evaluar el constructo olfatorio que se podría llegar a llamar un perfume en franca ley, si cumpliese con las promesas que tal producto lleva: perdurabilidad, fragancia, aromas y, sobre todo, reminiscencia de lo que quiere mostrar.