Una cuestión relevante con respecto a nuestra comprensión del lenguaje se puede formular de esta manera: ¿Saber un lenguaje consiste en tener ciertas representaciones mentales? En el presente documento se explora a este interrogante desde el punto de vista semántico, es decir, desde la noción de significado. Entonces, lo que se plantea aquí es indagar acerca de si la apelación a entidades como representaciones se requiere para la explicación de lo que es comprender el significado de palabras y oraciones en la práctica lingüística cotidiana. De ser necesarias –las representaciones– es importante caracterizar de qué modo las mismas deben ser tenidas en cuenta.