Gran parte de la economía colombiana se basa en la informalidad y los comerciantes que si bien llevan a cabo el desarrollo de su actividad comercial formalmente, paralelamente son informales tributariamente, eso conlleva a que no implementen la factura comercial, la cual hoy, debemos de entender no como una simple constancia de una venta o concebirla con el entendido de que quien la expida automáticamente estará obligado a ser responsable impositivamente. Razón por la cual, hoy, se hace pertinente determinar cuál es la relevancia jurídica de que los comerciantes que tiene la calidad de ser personas naturales expidan factura comercial como sustento de sus operaciones mercantiles, para que este título valor, que tiene un derecho de crédito incorporado, pueda ser utilizado como un instrumento de liquidez, que no está limitado a los comerciantes con calidad de persona jurídica. Para esto, se propone el contrato de factoring, que permite la venta de facturas cambiarias, obtener liquidez inmediata y así poder fortalecer los ciclos económicos que cada comerciante tiene en virtud de su actividad.