Colombia ha experimentado décadas de violencia, una realidad que muchos de sus ciudadanos han llegado a considerar como parte normal de su día a día. En diversas regiones del país, las masacres, desapariciones y desplazamientos forzados son lamentablemente comunes, imponiendo un peso constante en la vida de los habitantes de esos territorios. Entre los numerosos testimonios, destaca el caso de Amparo, quien tuvo que afrontar la desaparición de su esposo y se vio obligada al exilio. En su nueva realidad, se enfrentó a cambios significativos, una situación compartida por relatos similares, como el de Yulery en El Salado. Estas historias revelan un panorama de inseguridad, miedo, temor, ansiedad, vergüenza, desesperación y un desequilibrio mental y emocional, así como daños físicos y rupturas en los tejidos sociales, además de sufrir torturas. Además, se llevó a cabo un análisis de diversas experiencias en el municipio de Arauca, donde la violencia perpetrada por grupos armados al margen de la ley ha sumido a la población en un dolor profundo y desesperanza. Asimismo, se examina la violencia relacionada con el consumo de sustancias psicoactivas en el municipio de Soatá, observando cómo afecta principalmente al núcleo familiar ya sus miembros. Es evidente que la narrativa se ha convertido en una herramienta crucial para aquellos que buscan liberar sus emociones y superar las difíciles etapas de duelo por estas experiencias traumáticas. Estos relatos no solo documentan el sufrimiento, sino que también resaltan la resiliencia de aquellos que buscan reconstruir sus vidas a pesar de las adversidades.