Con la observación de los diferentes mercados que se encuentran disponibles en el momento inmobiliario del país, se puede tener como primera premisa que se está frente a uno de los sectores, en los cuales se puede presentar un mayor desequilibrio entre la cantidad de oferta y demanda, si bien año tras año este mercado representa grandes ingresos para la economía nacional, la inversión que se viene presentando es menor cada día. En Colombia, la oferta de crecimiento comercial en los últimos 10 años ha sido alentador, pues se ha generado un crecimiento en los proyectos conocidos como malls, en donde existían 154 distribuidos en todo el territorio nacional pasando a 250 al finalizar el año anterior, lo cual representa un crecimiento significativo del 62%, lo que para el desarrollo de las actividades representa un numero de construcciones de 254.155 m2 y una inversión cercana a los 1.8 Billones, (Retail M. &., 2020) logrando así impulsar un gran crecimiento y mejoramiento de los centros comerciales nuevos y existentes. Con esta evidencia de crecimiento en el sector inmobiliario, se ha logrado evidenciar de una manera más efectiva, que los centros comerciales tienen un desarrollo más elevado en los últimos años, lo cual genera la necesidad de acceder a una tecnología de mejor calidad para poder contar con edificaciones mucho más eficientes, logrando así, trasformar esta eficiencia en un factor económico que pueda generar un mayor crecimiento, pues esto entrega un valor agregado de confort para las personas que se encuentran dentro de las instalaciones, sin aumentar sus costos de manera significativa. El interés de quienes administran los centros comerciales es lograr que las personas que los visiten permanezcan la mayor cantidad de tiempo posible en el lugar; para con esto desarrollar una mayor necesidad de consumo, por este motivo se debe buscar que estos sean tanto agradables en su estructura de construcción, como V también sitios eficientes para el consumo y con un excelente uso de los recursos, logrando así tener además un equilibrio con el medio ambiente, teniendo siempre como primera premisa el cuidado de las personas, el medio ambiente y la infraestructura, los cuales serán los 3 factores que regirán este modelo de la gestión de activos inmobiliarios. Por esta razón, este modelo se desarrolla tomando como referencia la norma ISO 55000, buscando establecer las mejores prácticas en términos de gestión de activos, definiéndolo de manera que permita ser implementado satisfactoriamente en el sector, con tres fines principales y que además son los pilares de la gestión de activos, minimizar riesgos, optimizar costo e incrementar el ciclo de vida de los activos.