La piel es el órgano más grande y extenso del organismo (Salazar Cecilia, 2019). Eyerich y colaboradores en 2018 afirman que la piel nos conecta con el entorno a su vez que nos protege de agentes físicos, químicos y microbiológicos. Además, interviene en la termorregulación, humedad del organismo, nos transfiere sensaciones, entre otras funciones. La piel está formada por arreglos complejos de células del origen del ectodermo, la cresta neural y el endodermo, y tiene tres capas principales: la epidermis, la dermis y la subcutis (hipodermis), como se muestra en la figura 1 (Miller et al., 2012).