Los arrecifes de coral están bajo diferentes grados de perturbación (natural y antropogénica) que amenazan su salud y persistencia, entre ellas, el aumento de la temperatura del mar. Por lo que se buscan estrategias para preservar este ecosistema. Este trabajo evaluó la respuesta de corales cuando se trasplantan a un sitio de mayor perturbación y cuando se les adicionan bacterias con potencial probiótico en un experimento de estrés por calor. Se recolectaron fragmentos sanos de los corales Madracis auretenra y Porites spp. en bahía Chengue y Playa Grande, Santa Marta. Algunos fragmentos de M. auretenra se trasplantaron al sector de Inca Inca, Santa Marta, y se observó la aparición de signos de deterioro (pérdida del color y mortalidad) como indicadores de la susceptibilidad a las condiciones de estrés del lugar. Otros fragmentos de estas especies se aclimataron por tres meses en un sistema vivero, en donde mostraron una sobrevivencia del 100 %. Los fragmentos aclimatados se expusieron a un régimen de calor (30 y 31 °C) y se trataron con un consorcio probiótico y un placebo (solución salina estéril) desde el inicio del experimento y hasta el periodo de recuperación. Se consiguió una sobrevivencia del 100 % y se redujo el blanqueamiento y la pérdida de color para ambas especies con la adición del probiótico, y con relación al placebo. Además, la adición del consorcio tuvo un efecto sobre la densidad de Symbiodiniaceae y la clorofila a, especialmente durante el estrés por calor y el post estrés, pero se observaron diferencias entre ambos tratamientos únicamente para los fragmentos de M. auretenra. Estos resultados sugieren que es posible modular la respuesta de fragmentos de coral susceptibles al estrés, a través de la adición de bacterias probióticas, y conseguir atenuar el blanqueamiento, prolongar la resistencia e incrementar la sobrevivencia incluso en corales de diferentes especies.