Nuestros cuerpos parecen haberse convertido en un producto más, con la capacidad de ser moldeados para seguir alimentando y cumpliendo los deseos, requerimientos y necesidades del sistema. En el presente trabajo se aborda el papel del cuerpo en la sociedad, las estructuras de poder bajo las que este se encuentra y los procesos de disciplinamiento que afronta con el fin de ser mejorado y modificado, procesos en los cuales es despojado de libertades y aspectos inherentes al mismo, como el movimiento, la sensaciones, el sentimiento, entre otros. El disciplinamiento ha cerrado la puerta al autoconocimiento y a la exploración, llevando la relación del individuo con su cuerpo hacia un espacio de productividad, en el cual las habilidades y capacidades validadas por el sistema, se convierten en los factores relevantes. El disciplinamiento y la formación tradicional del cuerpo bajo procesos basados en repeticiones y reproducción de movimientos, nos han llevado al olvido de nuestro propio cuerpo, a la exclusión de pulsiones naturales, sensaciones físicas y emocionales propias de cada individuo, es allí a donde la homogeneización nos ha conducido. A lo largo de este documento se aborda el movimiento como un proceso que desobedece a todo aquello que es impuesto diariamente por las diferentes disciplinas, un movimiento propio que permite una relación y concepción del cuerpo más allá de su capacidad productiva