La novela “La casa de las bellas durmientes” es el claro ejemplo estético de un erotismo enfocado en el entorno, en la creación del ambiente, Kawabata utiliza este elemento, el cual descubre leyendo a Flaubert y le agrega un componente propio de su cultura, el erotismo espiritual que viene de los cuentos de Genji, un erotismo cargado de simbología y que se percibe a través de los sentidos tanto del narrador como del lector. El texto en sí, esta desprovisto del erotismo occidental del siglo XX que se enfoca más hacia el objeto del deseo o la figura desnuda. A través del pensamiento de Kawabata plasmado en “La casa de las bellas durmientes”, plantea su erotismo en el entorno, el autor está más enfocado en la creación del escenario donde sucede la acción de la obra, en espacios cerrados, confinados, por la necesidad de crear un ambiente de misticismo y privacidad, es también un espacio de sombras generado por el voyeur de la señora de la posada.