En la cuenca del río La Vieja se estudió la asociación de actividades con la función y estructura de 10 fincas. La metodología uso métodos etnográficos (entrevista semidirigida, conversación informal y observación-participante). Evaluación de las actividades para determinar la forma, los modos de operar y criterios de los agricultores para abordar las etapas de producción y los problemas ambientales asociados con el control de enfermedades, plagas y arvenses. Se valoró la disponibilidad de mano de obra, la distribución de las labores en el grupo familiar, los trabajadores y los propietarios, el origen del conocimiento y el tiempo administrando la finca y los criterios y creencias empleados en las labores de campo. Las superficies se relacionaron con el tiempo de administración de las fincas pero no con el sistema de cultivo. Los productores con menos de 10 años en la finca asignaron menos del 9% a las zonas de conservación, mientras que los agricultores con más de 16 destinaron alrededor del 30% de la superficie total a barbechos, guaduales y relictos de selva andina. La mano de obra contratada fue del 93.6%, mientras la familiar representó el 6.3% del total y se registró en las fincas administradas por los propietarios con sistemas productivos con sombrío. Los agricultores con más de 16 años en las actividades de producción agrícola rescatan el conocimiento local, la tradición oral, las creencias y el ensayo-error, lo que permite concebir la complejidad socio-técnica de las fincas y las zonas rurales. Las actividades que más efectos negativos registraron en las multifunciones de la agricultura fueron la aplicación de plaguicidas en el control de enfermedades, plagas y arvenses y el uso de variedades altamente productivas en grandes superficies (monocultivo). Mientras que el uso de estructura arbórea, mezcla de material genético y control manual de las enfermedades y plagas beneficiaron las funciones ambientales, territoriales y socio-culturales.