Este trabajo investigativo vislumbra a la mujer negra istmineña desde el esplendor político construido históricamente por décadas de manera mayoritaria por el género masculino mostrando la desigualdad en el poder. Se configura, entonces, a la mujer negra istmineña en lo político como la otra cara de la moneda ejemplificando su acción y trascendental participación, su contribución a la comunidad desde perspectivas diferentes a la imperante. Su estatus de matrona cultural ha llenado de oxígeno a la colectividad negra ratificada en la pluralidad de saberes que propician el avance progresivo de su pueblo. En conclusión, durante el desarrollo de esta indagación se encontraron visiones positivas de la participación de la mujer negra en las diferentes instituciones tanto públicas como privadas, lo que manifiesta la necesidad de reconstruir las políticas públicas en relación a la mujer para enriquecer los vacíos que se tienen por la falta de inclusión; sugiere también que las mujeres negras istmineñas se empoderen con mayor fuerza en la política como una de las fuentes que posibilita el alcance de sus derechos como ciudadanas pertenecientes al territorio nacional y local.