La vivienda de interés social ha sido el resultado de iniciativas gubernamentales para atender el déficit cualitativo y cuantitativo de miles de personas que no poseen los medios adecuados para acceder a una solución habitacional. Sin embargo, las gestiones realizadas para atender dicho problema se han caracterizado por no incluir de forma directa a la población objetivo en los planes de vivienda; esto significa que en la construcción del territorio, las dinámicas sociales no hacen parte de la solución habitacional de la ciudad, lo que finalmente genera, la ruptura entre Estado y Sociedad para converger de la mejor manera posible en soluciones integrales e integrantes para el territorio. Es por esto que las soluciones habitacionales deben ser colectivas y asociativas para construir el tejido social que se esperaría en este tipos de procesos; la idea es el trabajo conjunto que propenda por un hábitat sustentable.