Según la definición dada por Medina et al [2], los residuos sólidos urbanos (RSU), son los materiales desechados por los domicilios, incluyendo los que se generan en la actividad comercial y de servicios. Según Lin et al [3] los RSU se clasifican en los subgrupos: papel, cartón, plástico, vidrio, metal, textiles, materia orgánica, otros, clasificación necesaria para realizar estudios del aprovechamiento energético de los RSU. Organizaciones gubernamentales como [4], [5], han demostrado intereses para reducir el volumen de los residuos urbanos generados por la actividad doméstica, el comercio y la industrialización, buscando nuevas alternativas para la preservación del medio ambiente. Existen diferentes técnicas que permiten recuperar el recurso energético de los residuos, a estas se les conoce como Waste-to-Energy, por sus siglas en inglés (WTE, Recuperación de energía de los residuos) que simultáneamente minimizan el volumen de desechos y los vertederos [6]. Una de las técnicas WTE es la incineración: una tecnología de combustión directa en la que el material de alimentación se transforma directamente en energía [7], Donde los principales compuestos emitidos son: CO2 (dióxido de carbono), N2O (óxido nitroso), NOx (óxidos de nitrógeno), NH3 (amoniaco) y C (carbono) [8].