Gilbert Durand considera al héroe como la expresión más fina del Régimen Diurno de la imagen: un ser impoluto que dirige su mirada al sol y que sostiene en su mano la espada. Concepción que ha dominado a la hora de definir al héroe en la historia, la mitología y la religión, con lo cual, entendemos por héroe a un sujeto que realiza acciones valerosas. En literatura, Aristóteles definió al héroe como el sujeto que lleva a cabo una unidad de acción que le sirve a un autor para componer un relato; noción que con ciertas variantes se conserva en la actualidad. No obstante, si atendemos a la naturaleza de la literatura nos damos cuenta de que ésta es ambigua merced a la imbricada relación entre la realidad y la ficción que opera en ella; mixtura de mundos que pone en evidencia los aspectos antagónicos del hombre; el ángel y la bestia se revelan en la obra literaria. Así, el héroe literario puede ser para el hombre un modelo, un guía ó un civilizador pero también un bohemio, un suicida o un ser desprovisto de moral ¿Por qué llamar héroes a personajes de tan distintos talantes y de patrones tan lejanos al héroe solar de Durand? Porque en la literatura el arquetipo del héroe se revela en toda su complejidad evidenciando tanto su aspecto diurno como nocturno. De la concepción del héroe solar derivan las definiciones tradicionales del concepto héroe, pero, del héroe nocturno poco se ha tratado; acaso se le considera un antihéroe o un rebelde. Sin embargo, ambas manifestaciones componen la unidad de la imagen arquetípica heroica. Por tanto, el héroe literario es más que un motivo de composición; es un héroe portador de sentidos primigenios para el hombre. Desde la literatura, el héroe se configura mediante la expresión de un sujeto histórico que se revela mediante un arquetipo como emanación del inconsciente colectivo para simbolizar el espíritu de una época; posee una biografía que son los datos que el autor nos revela del héroe y manifiesta un sujeto mítico como expresión de los contenidos arcaicos de la psique humana. En la construcción del héroe literario Maqroll el Gaviero del escritor Álvaro Mutis la dimensión temporal está configurada por una biografía en la que se nos revela qué empresas ha ejecutado Maqroll durante su existencia pero en cambio se nos ocultan otros elementos como su nacimiento y su familia. Por su parte, la manifestación del sujeto histórico, hace que en Maqroll encarne el arquetipo del exiliado que le confiere la capacidad de vivir un presente en plena época posmoderna en el que extraña el orden de otras épocas, por eso, actúa como un hombre posmoderno abierto a la multicultura y sin restricciones moralistas pero siempre evocando el orden de tiempos monárquicos. El sujeto mítico que se manifiesta en el Gaviero es la imagen primordial de Dionisio desgarrado; de aquél dios que es desmembrado para luego volver a unirse y llevar en sí mismo el espanto y la dicha.