A diferencia de la mayoría de los países de la región, Colombia no ha dejado su empeño por profundizar en la implementación del modelo neoliberal tras la crisis que sacudió a Wall Street en septiembre de 2007. Antes bien, el país ha servido de laboratorio para la implementación continuada -entre otras cosas, en pensiones- de las típicas recetas del FMI que ya han demostrado una ineficacia casi total, como en la crisis argentina de 2001 y la actual crisis europea. A este respecto, la Cepal (2006) ha denunciado varias de las consecuencias regresivas propiciadas por las reformas pensionales en América Latina.