En desarrollo de su fundamento, y con fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia, la Universidad Católica de Colombia ha querido centrar su misión en la persona, entendida como imagen de Dios. Esta opción tiene importantes consecuencias para la vida de la Universidad, porque toda su labor tiene que estar permeada por esta manera de ver y de entender al hombre. El Departamento de Humanidades, que encuentra su razón de ser en la misión institucional y en los compromisos que de ella se derivan, tiene, respecto de ello, una importante tarea que cumplir. Hablar del ser humano como Imago Dei es atender a la realidad de su ser. En cuanto imagen de Dios, el ser humano es persona y, por eso, tiene un puesto muy importante dentro del conjunto de los demás seres, en razón de la posesión de las potencias superiores de la inteligencia y la voluntad, que le permiten ser dueño de sí y principio de sus propias acciones, tal como lo afirma Tomás de Aquino en los comienzos de la segunda parte de la Suma teológica. Gracias a esta condición personal, que supera lo meramente biológico, el hombre tiene la capacidad de ser protagonista de su vida y de ir escribiendo su historia, su biografía, en el diario vivir. El hombre, a diferencia del animal, tiene la facultad de actuar por sí mismo, más allá de determinismos biológicos o culturales; por eso, per-se-sonat (por sí suena), es decir, es persona.