Por qué hablar hoy de la teología del cuerpo o cómo el cuerpo va a hacer parte de la ciencia que estudia a Dios, podrían ser cuestionamientos surgidos espontáneamente ante la expresión e idea de la teología del cuerpo. En primera instancia, se puede acudir a las razones y al contexto planteados por Juan Pablo II, autor de la misma. Pero, en segunda instancia, conviene reconocer que el origen de esta fuente de reflexiones y enseñanzas toma su punto de partida de la comprensión e interpretación cuidadosa del hecho mismo de la encarnación, ya que Dios, al hacerse hombre en su hijo Jesucristo, incorpora a su familia trinitaria la humanidad en toda su estructura personal.