Hoy en día ninguna otra teoría es tan controversial por su cercanía a un sentido práctico y además médico, que la que predican los actualmente llamados “antivacunas”, que con base a la observación de métodos médicos de regiones periféricas de nuestro mundo, de continentes como Asia o África, afirman que la ciencia occidental es un mito, un producto de una cultura consumista que no pretende encontrar realmente una cura a distintas enfermedades sino que pretende vender métodos innecesarios de medicina, como en este caso las vacunas, esto para lucrarse económicamente.