Cuando decidí escribir algunas palabras que describieran a Carlos más allá de su vida profesional, pensé que sería algo sencillo y que lo haría con mucha fluidez, porque más de 41 años a su lado me hicieron conocerlo perfectamente. Sin embargo, ahora que intento hacerlo, debo confesar que se me hace un nudo en la garganta y mis ojos se llenan de lágrimas; además, aunque no es fácil retratar en dos hojas nuestra vida familiar, tengo la certeza de que ahora Carlos es mi gran inspiración y cada una de las palabras aquí plasmadas, nacen de lo profundo de mi corazón