El evento convulsivo es uno de los motivos de urgencia con signos neurológicos más frecuente, esta patología pone en peligro la vida del paciente al no actuar oportunamente, teniendo en cuenta que si las crisis se perpetúan se pueden dar daños neurológicos permanentes e irreversibles. El objetivo del manejo con terapia médica anticonvulsiva es reducir la frecuencia y la severidad de las convulsiones, minimizando los efectos negativos de las medicinas. Es necesario tratar de determinar la causa de las convulsiones, y evaluar la calidad de vida del paciente cuando se observan casos refractarios. Las convulsiones se pueden originar debido a una causa estructural o también llamadas sintomáticas: siendo estas por afecciones que comprometen el sistema nervioso específicamente; o extra axiales también llamadas reactivas siendo a causa de afecciones sistémicas que desencadenan en el episodio convulsivo sea metabólico o por intoxicaciones. Se debe iniciar tratamiento de mantenimiento teniendo en cuenta las complicaciones que presente cada paciente y teniendo en cuenta los efectos adversos de cada medicamento anticonvulsivante a instaurar.