Según Easterly (2003), no hay relación entre el crecimiento de la escolaridad y el crecimiento del producto interno bruto (pib), para lo cual toma como referencia el caso africano, en el que no se encontró relación entre las inversiones hechas en educación y los resultados presentados. Esto contrasta con el caso de Colombia, según lo analizado por Pontón y Posada (2001), quienes expresan que las reformas educativas en el país han permitido aumentar las tasas de cobertura en todos los niveles —en especial en primaria y secundaria— que bordean cerca del 100%, pero la tasa de crecimiento de la media no supera el 2,6% en promedio. En esta dirección, según el Ministerio de Educación Nacional (2016), el país se ha propuesto que para el 2019 el 100 % de los niños logre concluir los niveles de educación básica y media, y el 40 % de los estudiantes, la educación superior