Las comadres son contadoras de historias, son amigas y vecinas que comparten desde el sentir. En medio de las violencias a las que se ven expuestas en su territorio, Buenaventura (Valle del Cauca), las mujeres de la Capilla de la Memoria han generado prácticas de resistencia y re-existencia en su cotidianidad. Son víctimas y sobrevivientes del conflicto armado. Son mujeres buscadoras de sus familiares asesinades y desaparecides. Son madres, tías, amigas y abuelas que construyen territorio y comunidad desde el cuidado. A través del guasá, arrullador de ríos y mareas, del canto y la oración, las mujeres se narran a sí mismas y a sus territorios desde la memoria individual y colectiva. Las labores cotidianas: criar, cocinar, tejer, barrer, ir a la iglesia y contar historias, retornan a la raíz para articular la vida. A través de estas cartas sonoras, las mujeres resguardan sus historias de vida y la memoria de sus territorios.