El movimiento y el recorrer del espacio, partiendo desde Le Corbusier y la promenade, hasta Bernard Tschumi y su concepto de evento, ha sido influencial para la reflexión de la arquitectura como hecho dinámico, conjunto con el concepto de mousiké, atado al de ritual se dispuso a analizar el espacio dedicado al movimiento por antonomasia, el que se dedica a la fiesta y a la danza, el club, observandolo desde un punto sensorial, más allá de aquellos primeros elementos que consagró el modernismo (luz, aire, espacio) tomados del familisterio de Godin añadida a una comprensión a partir de una perspectiva fenomenológica (enfocada en la háptica) mucho más holística, en especial desde lo sonoro. consolidando así dentro de los objetos arquitectónicos experiencias que a nivel estético contemplan como protagonista el movimiento y el cuerpo dentro del espacio, dando entonces paso a la lectura del caso de estudio escogido, los clubes de música electrónica en Bogotá.