En la actualidad, se tiende a asociar la migración como la consecuencia de fenómenos humanos, que incluyen guerras, conflictos políticos, desigualdades socio-económicas, entre otros. Sin embargo, el movimiento o migración de poblaciones humanas obedece también a factores medioambientales, es decir, que estas tienen relación con las condiciones del entorno, de los desequilibrios y degradaciones producidos por el mal uso y explotación del ser humano de la naturaleza. En este sentido, la migración por razones ambientales es un fenómeno que ha adquirido más relevancia ya que cada vez son más pronunciados los efectos y daños que el cambio climático ha tenido en las poblaciones humanas. Este tipo de amenazas contribuyen al aumento de las desigualdades existentes entre los países más desarrollados y los que están en vía de desarrollo. Las regiones o países marginalizados del mundo se encuentran, en mayor medida, expuestos a los riesgos derivados de este tipo de amenazas, y dentro de estos países suelen ser los grupos o personas en condiciones más vulnerables y precarias los que son afectados de manera diferenciada. Particularmente, la presente investigación se concentra en el caso de las mujeres en América Central y, en específico, las migrantes internas, regionales e internacionales en Honduras.