En un contexto donde la migración se considera como una importante dinámica global, con efectos potenciales sobres los Estados y su seguridad, los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos sirvieron como catalizador en la configuración de una nueva concepción de seguridad para este país. Tras los atentados, se observó la hegemonía de una política antiterrorista que ha reconfigurado las políticas de inmigración en Estados Unidos. Partiendo de la declaración de la guerra global contra el terrorismo, este trabajo de investigación busca evaluar los cambios que trajo este acontecimiento en términos de securitización de la migración y control de fronteras. Haciendo un análisis del “Estado de seguridad nacional”, que empieza a ser estructurado en Estados Unidos después del 9/11, se enfatiza en el establecimiento de un nexo seguridad-terrorismo, que posteriormente se ha traducido a un nexo migración-terrorismo. Así mismo, esta reconfiguración ha conllevado un nuevo despliegue de “ilegalidad” direccionada hacia otros migrantes también entendidos como un problema de seguridad, ahora todos bajo la misma arquitectura de control migratorio del “Estado de seguridad nacional”.