Responder a las preguntas ¿qué es aprendizaje?, ¿cuál es su propósito?, ¿cómo aprendemos? y ¿qué evita que aprendamos?, es una tarea ambiciosa, necesaria y fascinante. Tener la capacidad de responder estas preguntas abre la posibilidad a que se encuentren más y mejores formas de aprender o de promover el aprendizaje en otros. Implica mantener un espíritu investigativo y curioso a partir del cual propongamos y probemos las estrategias más efectivas.