La formación para el ejercicio de la ciudadanía es un desafío para la sociedad en general y para la escuela colombiana, ya que por medio de este se pueden legitimar los conceptos de ciudadanía y formación. Es una meta del Gobierno colombiano reconocida en la Carta Política de 1991, desde la Asamblea Nacional Constituyente, donde se crea un marco sociopolítico democrático y participativo de la ciudadanía, el cual logra incorporarla dentro de los programas educativos, políticos y sociales. Se observa que esta inclusión busca dar respuesta a las problemáticas dadas en los ámbitos social, político, económico, educativo y cultural en cuanto a la construcción de la ciudadanía, mediante la participación y el análisis crítico, pues día a día se mantiene una gran variedad de conflictos emergentes, lo cuales solo dejan ver que se está viviendo una crisis por falta de formación ciudadana (en adelante, FC), debido a que hoy por hoy el sujeto se encuentra inmerso en desigualdades de todo orden: exclusiones, corrupción, apatía y un gran escepticismo ante la veracidad de las instituciones estatales, todo ello deja como resultante una práctica inapropiada de la FC.