Sin duda alguna, escribir las siguientes páginas ha sido una completa travesía: un viaje a los relatos establecidos y aprendidos de lo que ser mujer significa, pero específicamente, de lo que ser puta representa. Una narrativa social de la que ya mucho se ha hablado, pero que en esta investigación cobra un sentido diferente; es por ello que, el presente trabajo de grado pretende aportar a la construcción de un espacio de crítica y reflexión, donde voces históricamente silenciadas sean visibilizadas y validadas, no con la creencia de que lo que sus labios pronuncian sea la verdad absoluta, sino con la convicción de que su memoria y aprendizajes son igualmente legitimas y valiosas para construir individual como colectivamente. Una lucha real desde los espacios reales, donde con el tiempo y el paso de lo abstracto a lo material, las mujeres que por voluntad propia tarifan su cuerpo, puedan hacerlo en mejores condiciones en pro de una vida más digna y de bienestar.