La representación política, se encuentra sumergida en una profunda crisis, en este orden de ideas, los llamados representantes del pueblo (Congresistas), tienen prioridades propias, que no necesariamente son concordantes con las de la sociedad que los elige. Dichas prioridades, se enmarcan en la abrogación del poder mediante indebida e indiscriminada instrumentalización de la Constitución, generando un uso obsceno de la misma. Respecto a lo anterior, es pertinente la implementación de un sistema de responsabilidad política que genere mecanismos de control frente a los detentadores del poder público.