En mi búsqueda personal de ser un interprete virtuoso con excelente técnica, las piezas del género "estudio" han sido una herramienta útil para mejorar mis habilidades. Qué tanto estas habilidades permiten enfrentarse a diferentes repertorios es otra pregunta. Especificamente quise averiguar "De qué forma son los Estudios de Chopin herramientas que permiten un desarrollo técnico interpretativo aplicable eficientemente a las exigencias de pasajes complicados de la Sonata no. 32 op. 111 de Beethoven". Después de mucho ensayar tanto los estudios como la sonata de Beethoven y prestando especial atención a las similitudes entre las dos piezas, pude confirmar que, la efectividad que presentan los estudios de Chopin para estudiar a Beethoven es real, sin embargo llega hasta cierto límite por sus dificultades especificas, el alto nivel de exigencias de la música misma y más variables que incrementan las distancias entre cada pieza y pasaje a la hora de estudiar.