La propuesta busca atender el déficit cualitativo del espacio público en la calle 26, reconocida por su relevancia histórica y su función de conexión desde el occidente hasta el centro de la ciudad. Este espacio se diseña para promover la historia y la memoria como elementos fundamentales en su configuración. Las instituciones sobre este eje se articulan por el espacio público propuesto consolidando así un área que fomente la reflexión y el conocimiento de la ciudadanía. Este enfoque busca establecer espacios enfocados en la cultura, y comerciales, así como facilitar el diálogo ciudadano rompiendo con las formas convencionales de recordar y reconciliar. Estas pretenden facilitar un cambio cultural y social más significativo, con los diferentes actores del conflicto en el dialogo de lo que significa paz, resiliencia, procesos de transformación hacia una sociedad abierta al dialogo.