El interés por la cultura política formó parte de una reacción contra un enfoque legal institucional del estudio de la política, que implicaba a los ojos de sus críticos, una concentración excesiva en el aparato formal de la política. En las décadas de 1950 y 1960 el colapso de las constituciones en muchos países del tercer mundo recientemente independizados significó de nuevo, un recordatorio forzoso de las complejas relaciones entre instituciones políticas, comportamiento político y cultura política.