La salud visual es de vital importancia para la salud publica y sus alteraciones implican una gran carga de discapacidad para los sistemas de salud mundiales. La agudeza visual es una medida que es posible realizarla de forma rutinaria desde la atención primaria, especialmente en población pediátrica, para el tamizaje de alteraciones tempranas de la agudeza visual. La frecuencia de baja agudeza visual en escolares ha ido en aumento, al igual que la frecuencia de malos hábitos nutricionales y de estilos de vida. Se ha relacionado la disminución de la agudeza visual, especialmente a causa de defectos refractivos, como una alteración temprana de hábitos de vida poco saludables, que se traducen en exceso de peso, sedentarismo e inactividad física.