La idea de seleccionar un portafolio es encontrar un conjunto de activos entre un universo de alternativas existentes en los mercados financieros. Lo que se busca cuando se está estructurando un portafolio es satisfacer las necesidades del inversionista, con el principal objetivo de maximizar la rentabilidad teniendo en cuenta el riesgo que está dispuesto a asumir. Este riesgo del que hablamos, hace que se presente un conflicto de objetivos, ya que se busca tener al mismo tiempo una rentabilidad alta y un riesgo bajo, entonces, se debe hacer un balance rentabilidad/riesgo según el perfil de cada inversionista antes de elegir un portafolio determinado, y para ello, se realiza una diversificación de activos que hace que se pueda presentar una combinación adecuada entre rentabilidad y riesgo.