El microempresario desarrolla su actividad económica en torno al apalancamiento, entendido este como la relación entre crédito y capital propio invertido en una operación financiera, motivo por el cual, al reducir el capital inicial que es necesario aportar, se produce un aumento de la rentabilidad obtenida, caso contrario al experimentado como consecuencia del incremento del apalancamiento, ya que con este aumentan los riesgos de la operación, dado que provoca menor flexibilidad o mayor exposición a la insolvencia o incapacidad de atender los pagos.