En los últimos años, las altas cifras de morbilidad y mortalidad relacionadas con la práctica de estilos de vida y de alimentación inadecuados, se han convertido en fuente de preocupación para los entes sanitarios y gubernamentales; quienes vienen implementando sin mayor éxito, políticas de intervención y tratamiento, basadas en enfoques biomédicos. En tanto la prevalencia de esta problemática es multifactorial, se hacen necesarios nuevos estudios con enfoques integrativos, capaces de dar cuenta del contexto en que tienen lugar estas prácticas perjudiciales para la salud, especialmente en los grupos de riesgo señalados en la literatura, como los jóvenes universitarios. OBJETIVO: Analizar las implicaciones del estilo de vida moderno en los hábitos alimentarios y el estado nutricional de los estudiantes jóvenes de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Caldas. MATERIALES Y MÉTODOS: Investigación de tipo descriptivo – asociativo, transversal y multietapica. En la fase I, participaron 173 estudiantes jóvenes de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Caldas; a quienes se les suministró el cuestionario FANTÁSTICO para evaluar su EV y hábitos alimentarios; y el cuestionario EAT-26, para determinar su nivel de riesgo frente al desarrollo de un TCA. A su vez, se les tomaron mediciones antropométricas básicas para evaluar su estado nutricional; tales como el peso y la talla (para el cálculo del IMC) y la CC. Para la fase II, se seleccionó a un estudiante de cada pregrado de la Facultad, quien participó en la fase I, para el adelanto de entrevistas semiestructuradas; estas tenían por fin complementar la información inicial, referida al EV y los hábitos alimentarios.Para el análisis de los datos, se utilizó Excel, Power BI y Atlas.ti RESULTADOS. La mayoría de los participantes presentó un EV regular y malo (64%), encontrando una mayor prevalencia de conductas de riesgo para la salud, en las áreas relacionadas con el manejo del estrés y sueño, interior y actividad física. A su vez, sus hábitos alimentarios se encontraron inadecuados, en tanto obtuvieron un desempeño regular (61%.) en el dominio de Nutrición del FANTÁSTICO ; y presentaron hábitos como omitir comidas, consumir en mayor grado ultraprocesados, y carecer de horarios y lugares fijos para comer, debido a factores como la falta de tiempo, y el costo y la disponibilidad de los alimentos. En cuanto al estado nutricional, prevaleció el normopeso (64%), si bien la prevalencia de exceso de peso fue significativa (30%). Además, se encontró que el 52% de los participantes presentaba riesgo frente al desarrollo de un TCA, siendo ligeramente superior en los hombres (55%) que en las mujeres (50%). Respecto a las implicaciones del EV en los hábitos alimentarios y el estado nutricional, se evidenció la concurrencia de un EV inadecuado con hábitos alimentarios perjudiciales para la salud. A su vez, se encontró que de acuerdo a los resultados del FANTÁSTICO, aquellos con un EV excelente presentaron un mejor estado nutricional, según el IMC y la CC; en contraste, se evidenció que aquellos con un EV regular presentaron en mayor porcentaje un estado nutricional subóptimo, según el IMC. CONCLUSIONES. Se evidencia la necesidad de formular e implementar políticas de estilos de vida saludables desde la institucionalidad; con especial énfasis en la promoción de la actividad física, la alimentación saludable y la prevención y tratamiento de los problemas de salud mental. Estas no deben limitarse a estrategias educativas, pues estos factores se ven influenciados en mayor medida por factores propios del entorno universitario.