Colombia ha vivido un conflicto armado desde hace más de seis décadas. El corregimiento de Encimadas en la zona rural de Samaná (Caldas) fue uno de los asentamientos de las FARC-EP durante el período de 1999-2005 y su población sufrió los impactos del conflicto armado. Esta tesis estudia la transmisión intergeneracional de la memoria territorial del conflicto armado en tiempos de transición en Encimadas, pues los jóvenes han crecido en medio de silencios respecto a lo que les ocurrió a sus predecesores en ese pasado violento. El enfoque metodológico fue etnográfico territorial con técnicas como la observación, entrevistas, conversatorios, recorridos territoriales, y la creación de un performance con los jóvenes que facilitó la reconstrucción de la memoria de los lugares del conflicto. Se encontró que el conflicto armado violentó los lugares públicos y privados de los lugareños lo cual refleja una vulneración de las bases existenciales con las que construyen su sentido de sí mismos y de su mundo, y una ruptura en la identidad construida en esos lugares. Por su parte, la memoria heredada por los jóvenes se limita inicialmente al ámbito familiar, mientras en el espacio público el silencio predomina. Se evidencia que, con acompañamiento institucional, los jóvenes logran ampliar la memoria de lo familiar a lo comunitario, tienden puentes entre la memoria propia y la de otros, y construyen vínculos emocionales con lo que vivieron sus mayores, lo cual crea un sentido más colectivo sobre el pasado. Se concluye que la transmisión intergeneracional de la memoria territorial del conflicto armado ha estado mediada por silencios y narraciones parcializadas que dificultan un posicionamiento ético-político de las víctimas y sus herederos. Es necesario construir nuevos referentes físicos que habiliten la memoria territorial, especialmente para las generaciones más jóvenes, como una resistencia al olvido y la injusticia que ello conlleva.