El departamento del Meta, se ha ido consolidando como zona floreciente para los estudios arqueológicos. Debido a su posición geográfica central y su cercanía con la Amazonia, han surgido diferentes interrogantes sobre su desarrollo prehispánico y sobre los grupos que habitaron este territorio. Desde 1972, con la primera investigación registrada y hasta el presente, han ido ahondando y acercándose a diferentes respuestas, que ayudan en la creación teórica y en la formulación a preguntas de investigación, planteada por los académicos. Diferentes subdisciplinas enmarcadas en investigaciones arqueológicos de salvamento, enfocadas en la extracción de hidrocarburos y de estudios universitarios, orientados a la formación de profesionales, han permitido confirmar el potencial arqueológico en todo el piedemonte metense y en el mismo departamento, como zonas de ocupación e intercambio, entre diversos grupos que habitaron la región. Teniendo en cuenta lo anterior, la geoarqueología ha permitido realizar un análisis integral, ayudando a comprender el contexto de los sitios y del material. Por otro lado, la arqueometría, nos brinda herramientas para cuantificar datos relevantes del sitio arqueológico, teniendo como especialidad la comprensión de tecnologías, las funciones, y los usos. En este caso de artefactos cerámicos y la composición de minerales en su pasta. Los cuales predominan dentro de los yacimientos y al ser analizados permiten interpretaciones acertadas sobre la proveniencia, el uso y la cotidianidad de las herramientas, por lo tanto, generan un acercamiento a la interpretación de los modos de vida de poblaciones en el pasado.