spa:El 19 de febrero de 1958 el Episcopado Colombiano, en la pluma y voz de Crisanto Luque, investido como arzobispo de Bogotá y Cardenal de Colombia, dio a la publicidad, a propósito de la Cuaresma, una pastoral en donde por primera vez admitió que en Colombia existe lo que desde la Doctrina Social de la Iglesia1 se llama la cuestión social. Ese Miércoles de Ceniza, fecha especial en el calendario católico, asociado a la Semana Santa, precisamente ese día los prelados colombianos asumen por primera vez la validez de la Doctrina Social de la Iglesia Católica, iniciada como tal ecuménicamente en 1891 con la propagación de la encíclica Rerum Novarum por el pontífice León XIII. Hubieron de pasar casi setenta años para que el obispado colombiano asumiera al país como suficientemente maduro, es decir, moderno y capitalista, para incorporar en su actuación en Colombia el destino más importante de la Rerum Novarum: el proletariado y el campo urbano popular, a través de su interés en la cuestión obrera.